“Amo de mi destino, Capitán de mi alma”

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Hace unos días cuando el lobo y libélula volaban juntos hacia el norte esta canción se puso a sonar como una señal traía desde algún lugar. Así siente la libélula que ha sido el lobo enviado para dejarla un mensaje, ella en el fondo sabía que en cuanto la luna volviera a aparecer su lobo partiría y el insecto azul tendría que volver a posarse sola en otro lugar, pero prefirió descubrirlo por si misma. Él le ha dicho que quizás en otro momento y lugar se vuelvan a encontrar y sea posible que vuelen juntos, ella no se ha puesto triste parece mentira pero vivir las cosas con una intensidad tan grande le ha hecho descubrir sensaciones que no conocía, han decidido volver a verse dentro de diez años en el mismo lugar donde todo nació y ayer murió con la misma rapidez que se mueve una veleta en lo alto de un tejado un día de viento. La libélula espera que el lobo se haya dado cuenta cuando se vuelvan a encontrar que lo importante esta en el alma en el color de las cosas y no en la perfección de las mismas.

Han decidido que se acordaran el uno del otro cuando caminen sin rumbo por la ciudad mirando a las azoteas de los edificios.
Ella a aprendido que es difícil encontrar a alguien que entone melodías de felicidad solo con ver una flor azul en el camino; él le ha dicho que siempre tiene razón y que sabe con seguridad que pronto cuando la libélula esté batiendo sus alas aparecerá el ser con el que volará eternamente, y que se lo diga cuando esto pase, ella le dijo que así lo hará, por su parte tan fiero animal le ha prometido que intentará sonreír a la gente y no atormentarse más; aunque está claro que se atormenta pq sabe que las cosas no se hacen así, y lo curioso es que no se da cuenta que al primero que hace daño es a él, aunque piensa que se lo hace al resto; de echo le pidió perdón a la libélula por ello, pero ella sonrió y le preguntó que donde iba ir ahora, el lobo contestó que a correr por el bosque sin rumbo para machacarse después de volver a marchitar flores, ella se echó a reír, él no salía de su asombro y la recrimino diciendo que lo normal es que hiciera lo contrario pero el pequeño insecto azul le contesto que ella se iba a reunir con sus amigos los insectos en el bosque de la felicidad, ese que todos juntos habían creado a base de cariño, admiración y respeto entre ellos, y que gracias a esos insectos ella nunca se sentía sola, puesto que la cuidan, acarician y la hacen sentir especial pq teniéndolos a su lado nunca se sale del camino ya que son quienes con sus sonrisas la iluminan, esos insectos hermanos que la regalan melodías para un día en el que en lugar de acostarse triste se acostó contenta por tener lo más importante… ellos.

Y así termina el último capítulo de una corta pero intensa fábula de esas que uno lee y se deja llevar por lo que dos animales locos sintieron aunque solo fuera por un segundo.

Desde aquí la libélula le dedica al lobo una de las frases del poema favorito del fiero animal con la esperanza de que en algún momento deje de ser el director de la película y se atreva a ser el protagonista y vivirla desde dentro.

“…Amo de mi destino, capitán de mi alma, cada uno es responsable de lo que hace, cada dia que pasa vamos construyendo nuestro futuro…” W. Ernet Henley