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Es curioso, un día en el que no entiendes algunas de las cosas que te están pasando, de repente así por casualidad, encuentras algo que escribiste hace tiempo y que hoy sin saber como, es la realidad que soñabas. Una realidad que te llena de felicidad como un caldito de gallina un día de frío.
Dicen que la sincronicidad es mágica, es encontrar en un libro la respuesta a muchas dudas internas o en la mirada y sonrisas de algunas personas…
¿Sabíais que cada idea tiene una vibración? ¿Y es esta, la que mandamos para que nos pasen unas cosas u otras?.
Por eso quiero tener siempre mis ideas volando, soltando vibraciones allí donde las quieran recibir.
Nos pasamos demasiado tiempo buscando una respuesta racional a los actos del resto y a los nuestros propios, pero todo es más sencillo, solo hay que mirar como lo hacen los niños. ¿Alguna vez habéis visto a un niño cuestionar los actos de otro?. Si su amigo se sube en lo alto del tobogán y salta al suelo rompiéndose la crisma, inmediatamente la primera reacción, es querer saltar también, jajaj
Cuando nos hacemos mayores nos fijamos más en la vida del resto que en la nuestra propia. Olvidándonos que quizás en algún momento, todos nos vamos a ver encima de ese tobogán. Lo que nos diferencia es que hay quien tiene miedo de saltar y otros saltamos. Realmente la vida es un parque lleno de columpios en el que algunas veces nos mareamos, pero la mayor parte del tiempo disfrutamos sin medida.
Es no notar la gravedad cuando te sonríen bajo la lluvia, es sentir que el tiempo no se pierde, es encontrar notas nuevas en melodías que creías conocer a la perfección, son los amigos, el zumo de naranja, las pedorretas, las risas, lo relativo del tiempo, los abrazos… todas las cosas “pequeñas” que hacen que ni un salto al abismo te pueda parar si te guías por el corazón, pq seguro que unos brazos largos te ayudan a cruzar a la otra orilla.
Sincronicidad?, Casualidad?, Mágia?, Destino?, Locura?... no sé lo que es, pero es maravilloso
