Pasa y pasa el tiempo… y cada vez almaceno más recuerdos de estos que mis nietos deberían saber.
Estoy convencida que los últimos ocho millones de décimas de segundo de mi vida, nunca las olvidaré. No las olvidare pq forman parte de un numero incalculable de risas, abrazos, besos, caricias, ternura, música, locuras…. Todo lo que me hace respirar de una manera diferente, encontrar cosas cada instante, e incluso en mí que no conocía y que me gustan.
Adoro vivir con la sensación tan real de que cada momento puede ser el último, eso hace que todo tome una relatividad diferente.
No podemos dejarnos consumir por pequeños problemas, pequeñas piedrecitas en el camino que en ocasiones hacemos mundos, pq nunca nos hemos encontrado con una grande.
Muchas veces me pregunto que pasará si un día encuentro una piedra enorme que obstruya por completo el camino. Pero sé que pase lo que pase, recordaré todas las cosas tan maravillosas que hasta ahora me están pasando y sonreiré, simplemente eso… enseñare mis dientes al viento, y el decidirá en que parte del camino me quedo; pero yo tendré ya lo vivido… eso no lo puede borrar nadie, así que lo grabaré a fuego en mi memoria y seguiré construyendo las alas de la felicidad infinita en la que me encuentro.
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